El estilo rústico tuvo su punto álgido a finales de la década de los 90 y principios de los 2000. Veinte años después vuelve pero con aire renovado, fusionado con el estilo moderno, pero sin perder su fuerza y personalidad. Más bien al contrario, ya que esta mezcla de autenticidad del estilo rústico y de simplicidad del estilo moderno, aporta carácter al interior de cualquier vivienda. En este artículo te damos las principales claves para aplicarlo en tu casa.

 

 

Materiales para la vivienda

Si en una casa de estilo puramente rústico encontramos vigas de madera en los techos, suelos de barro cocido, puertas de madera y ventanas con contraventanas, en una casa de estilo rústico-moderno estos elementos se actualizan o son sustituidos por vigas de cemento o acero, suelos que mantienen su carácter natural pero con acabados más refinados, y aluminio y hierro para la carpintería exterior que en este estilo aumentan considerablemente su tamaño para favorecer al máximo la entrada de luz natural.

Piedra y ladrillos de caravista se utilizan en patios y terrazas de ambos estilos y cada vez más en el interior de la vivienda, creando ambientes con mucha personalidad y carácter.

 

 

Materiales para el mobiliario

La elección de materiales es esencial para lograr este estilo y la madera es la reina en el estilo rústico-moderno. Por ello la mayoría de mobiliario en estilo rústico está hecho de maderas nobles como el roble, el fresno, pino, etc… Mientras que en el estilo rústico-moderno se introducen materiales igualmente sostenibles pero más fáciles de mantener y con acabados más pulidos.

Cuero, hierro forjado, acero inoxidable y fibras naturales, así como textiles hechos con lino y algodón siguen estando muy presentes en el estilo rústico-moderno.

 

 

Acabados desgastados

Aunque el mobiliario fabricado en la actualidad para este estilo tenga una terminación en sus materiales mucho más refinada, el acabado desgastado, imitando la pátina que adquieren a lo largo de los años, es una de sus características principales. Así, hierro que parece oxidado, madera que parece recuperada, cuero envejecido y pintura desgastada simulando tener varias capas de color superpuestas, son algunos de los acabados más utilizados para este estilo.

 

 

Paleta de colores inspirada en la naturaleza

Los colores tierra son los más identificativos en el estilo rústico-moderno. Verdes, marrones, terracotas, beiges y blancos rotos son los más utilizados para pintar tanto paredes como muebles y accesorios.

 

 

Texturas y fibras naturales

La fibras naturales también tienen mucha presencia en el interior de las viviendas de este estilo. Alfombras y persianas de esparto, muebles de rattan o mimbre, así como cajas, cestas y lámparas hechas de estos materiales son imprescindibles para reproducir el estilo rústico-moderno en tu casa.

 

 

Decoración artesanal

Todo lo que tenga que ver con la fabricación artesanal tiene cabida dentro de este estilo. Jarrones, cuencos, candelabros, azulejos y todo lo que esté realizado a mano, con sus bellas imperfecciones, dotarán de autenticidad a la decoración de cualquier interior rústico-moderno.

 

¿Quieres recrear este estilo en el interior de tu casa? Agenda una cita con nosotros y hablemos:

0 comentarios on El estilo rústico moderno

Post a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *